Lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi)
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Foto: Medi ambient GENCAT

La lagartija pallaresa es un endemismo que sólo vive en la zona central del Parc Pirinenc de les Tres Nacions.

Se trata de un pequeño saurio de aspecto grácil. El dorso suele ser de color marrón claro, y muchas veces con manchas marrones. Los lados son más oscuros con líneas blanquinosas.

Aunque no de forma exclusiva, ocupa principalmente canchales de rocas de tamaño medio, preferentemente orientadas al sur y por encima de los 2000 m.

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)
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Foto: Jaume Comas

El quebrantahuesos, come los restos más duros de los cadáveres, cartílagos y sobre todo los huesos. El nombre alude a la técnica que utiliza para romper los huesos de mayor tamaño, lanzándolos desde gran altura sobre las piedras y poderlos así engullir. Puede llegar a medir 3 m.

Lo reconoceremos de otros buitres por la forma de rombo de la cola. Una de las características que lo hacen especial, es el color del pecho en los adultos, de color anaranjado. Coloración que adquiere haciendo baños de barro en fuentes ferruginosas.

Urogallo (Tetrao urogallus aquitanicus)
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Es la gallinácea más grande que podemos encontrar en la zona. Generalmente se en cuentra en los bosques de pino rojo y pino negro de los hábitats altimontano y subalpino (entre 1.600 y 2.200 m).

Sus hábitos discretos hacen que sea muy difícil observarlos, y tienen una baja tolerancia a la presencia humana. Por este motivo, si nos encontramos algún ejemplar, en ningún caso tenemos que acercarnos ni molestarlos, sobre todo si es una hembra con pollos. Tenemos que esperar a que se alejen tranquilamente y disfrutar del encuentro a distancia.

Perdiz blanca (Lagopus mutus pyrenaicus)
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Foto: Pere Ignasi Isern, publicada a Medi ambient GENCAT

La perdiz blanca es una especie boreo-alpina muy adaptada a la vida en zonas de alta montaña con escasa vegetación por encima de los 2000 m.

Del tamaño de una paloma. En verano es de color marrón y gris, con las alas y la barriga blancas y la cola negra. Los machos lucen una carúncula roja muy visible, mientras que en las hembras es más discreta. En invierno es totalmente blanca, con los extremos de la cola negra y el plumón del cuerpo doble para retener mejor el calor. Los machos conservan algo rojizo en las cejas y tienen una mancha negra entre los ojos y el pico. Tiene los pies cubiertos de plumas.

Oso pardo (Ursus arctos)
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Foto PNAP

Es conocida como «la osa» en muchas zonas del Pallars, el oso pardo se extinguió de los Pirineos catalanes a finales del siglo XX.

En el 1996 y el 2006 se liberaron algunos ejemplares procedentes de eslovenia en la vertiente francesa. El 2020 se identificaron ya 64 ejemplares: 39 adultos, 9 sub adultos y 16 crías del año. El hábitat ideal son las áreas forestales heterogéneas, con roquedos, amplias zonas de pastos y matorrales de los hábitats altimontano y subalpino (fundamentalmente). Coincidir directamente con un oso en la montaña es prácticamente imposible, y en este caso, la reacción más habitual del animal es la de alejarse más o menos rápidamente. Si no es así, no tenemos que mover bruscamente ni cortarle las vías de escape o interponernos entre la madre y las crías.

Rebeco (Rupicapra pyrenaica)
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El rebeco (Rupicapra pyrenaica) y el jabalí (Sus scrofa), son especies que siempre han estado presentes en el parque. El rebeco es el ungulado más emblemático de los 7 que habitan en estos parques. Es el ungulado típico de zonas rocosas medianas y altas que llega hasta los picos, si bien en invierno se le puede encontrar algo más bajo y en ambientes forestales. Actualmente su población es muy variable, ya que le atacan diferentes enfermedades infecciosas como la queratoconjuntivitis y un pestivirus. Lo que ha provocado un descenso de su población hasta menos de la mitad.

Ciervo (Cervus elaphus)
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Foto Jaume Comas

El ciervo (Cervus elaphus) i el corzo (Capreolus capreolus), aunque han sido reintroducidos, son especies que vivían en esta zona, pero que llegaron a extinguirse. Al principio del otoño tiene lugar el celo de esta especie, la berrea, momento en que los machos emiten sus característicos berreos para atraer a las hembras y reproducirse.

Corzo (Capreolus capreolus)
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Foto Jaume Comas

El corzo es el cérvido más pequeño de los 3 que encontramos en la zona (ciervo, corzo y gamo). Mayormente forestal, si bien necesita de claros o prados cercanos para alimentarse. Actualmente es una especie muy abundante en el parque desde el hábitat submontano hasta el subalpino.

Gamo (Dama dama)
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Foto Jaume Comas

El gamo fue introducido en el Pallars Sobirà en la década del 1950. Actualmente se puede encontrar en los hábitats montano y subalpino. Es una especie que causa diversas problemáticas, sobre todo a la elevada densidad en las Valls d’Àneu (accidentes de tráfico, daño a la agricultura, desplazamiento de otras especies de ungulados autóctonos como el corzo i posiblemente el rebeco).

Su proliferación puede suponer un riesgo para otras especies autóctonas, como el urogallo, dado que su presencia limita el desarrollo de plantas como los mirtilos (Vaccinium myrtillus), vitales en la dieta del gallo.

Muflón (Ovis mussimon)
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El muflón fué introducido en la década del 1990 en Andorra y se ha expandido por el resto de parques. A pesar de no estar suficientemente estudiado, parece ser que su efecto sobre otras especies de ungulados (como el rebeco) no son negativos e incluso podrían ser positivos si se confirma que su presencia ayuda a preservar el hábitat óptimo al rebeco. En el PNAP, en las zonas donde conviven ambas especies (macizo de Salòria), es donde el rebeco conserva las mejores poblaciones.

En verano se encuentran rebaños en los prados alpinos, mientras que en invierno bajan a las zonas arbustivas con afloramientos rocosos.

Cabra montés (Capra pyrenaica)
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Foto: Eder Garcia Colomer

Los restos más antiguos de las cabras salvajes, se remontan a hace unos 80.000 años, pero a principios del siglo XX se extinguió de los Pirineos catalanes debido a la caza. El 2014 se reintroduce en Francia con ejemplares traídos de la Sierra de Guadarrama y ha sido todo un éxito, ya que se está extendiendo y reproduciendo a lado y lado de la frontera.

Marmota (Marmota marmota)
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Las marmotas se extinguieron en el Pirineo hace unos 15.000 años y se reintrodujeron en diversas zonas del Pirineo francés entre los años 1948 y 1988, donde rápidamente se establecieron y han colonizado toda la cadena.

La marmota es herbívora y se alimenta de las hierbas propias de los prados donde vive, pero también puede capturar pequeños invertebrados.

Se alimenta para asimilar los nutrientes necesarios para la actividad diaria, pero también para tener reservas energéticas, en forma de grasas para el invierno, ya que es una especie que hiberna. Desde septiembre hasta finales de abril, todos los miembros de la familia se amontonan cuerpo con cuerpo y se enrollan en forma de bola dentro del agujero para minimizar las pérdidas de calor, disminuir la temperatura corporal y el ritmo cardíaco.

Fuentes consultadas:

https://parcsnaturals.gencat.cat/ca/xarxa-de-parcs/alt-pirineu/el-parc/patrimoni-natural-i-cultural/fauna/mamifers/

https://comapedrosa.ad/continguts/multimedia/media/Amfibis-i-reptils-del-Parc-Natural-Comunal-de-les-Valls-del-Comapedrosa.pdf

https://www.sorteny.ad/patrimoni/fauna

https://parcsnaturals.gencat.cat/ca/xarxa-de-parcs/alt-pirineu/el-parc/patrimoni-natural-i-cultural/fauna/ocells/

https://parcsnaturals.gencat.cat/ca/xarxa-de-parcs/alt-pirineu/el-parc/patrimoni-natural-i-cultural/fauna/peixos-amfibis-i-reptils/

https://mediambient.gencat.cat/ca/05_ambits_dactuacio/patrimoni_natural/fauna-autoctona-protegida/gestio-especies-protegides-amenacades/

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